Arquitecto Proyecto:  Antonio Ruiz Barbarín
Colaboradores:  Isabel Barrera Pérez de Seoane Jorge Ruiz Belda María Victoria Etchevers Antonio Balguerias Chico de Guzmán
Aparejador:  Pahissa Aparejadores, SL Alberto López
Estructuras: Javier Valladares
Instalaciones: Rafael Úrculo
Otros Consultores: Ana Belén Robles Delgado (estado original)
Localización: Paseo de La Castellana, 10, Madrid, SPAIN
Fecha: 10/2006
Cliente: NOZAR S.A.
Superficie: 6,800.00m²
Empresa Constructora: LENA S.A.

Rehabilitar este edificio de 1860 (reformado en 1920, cuando se le añaden dos plantas más) es intentar redescubrir sus trazas originales, y sus valores arquitectónicos, urbanos, y espaciales (que no formales); despojándolo de actuaciones no acertadas que las ocultaban, y del paso del tiempo que lo colapsaban. Por ello, trabajamos desde el respeto a la tradición, sin olvidar que lo hacemos en el siglo xxi, desde la más absoluta Modernidad.

La catalogación estructural del edificio implicó que para la realización de los cuatro sótanos hubo que consolidar previamente el edificio. Una operación delicada y artesanal. Posteriormente, se reconstruyeron las cubiertas (dentro de su envolvente original), recuperando espacios perdidos (lavaderos, torreones y trasteros). Creamos una nueva fachada para el patio de manzana, ordenamos, y limpiamos los patios secundarios, y el patio central se reconfiguró como el lobby del nuevo edificio, en el que se cruzarán todos los itinerarios de acceso, cubriéndolo con un ligero lucernario que “levita” sobre las cubiertas y revistiéndolo de madera.

El proceso del proyecto y de la obra fue casi de “cirugía arquitectónica”, donde se cuidó extremadamente que la inclusión de nuevos sistemas de instalaciones y la consolidación estructural no interfirieran en la realidad del edificio, que se rehabilitaba para un nuevo uso de oficinas. La organización en planta se racionalizó al máximo entre espacios servidores y servidos, respetando las trazas y los muros de carga. La elección de muy pocos materiales para los acabados supuso una limpieza total de líneas y superficies modernas, supeditadas siempre al carácter previo del edificio.