Martín Berasategui, Lasarte-Oria, Gipuzkoa
by mecanismo

Martín Berasategui

La naturaleza de este proyecto hace que el proceso previo a su ejecución y la manera en la que se gestó, tengan una relevancia similar al resultado y por ello nos parece fundamental relatarlo como parte de la descripción del proyecto.

El Encargo

En agosto de 2018 recibimos la llamada del restaurante Martín Berasategui en Lasarte-Oria, reconocido con tres estrellas Michelin. Lasarte-Oria es el núcleo de la exitosa carrera de Martín, que nació en San Sebastián en 1960, trabajó durante sus primeros años de carrera en Bodegón Alejandro -donde consiguió su primera estrella- y, en 1981, abrió el restaurante que lleva su propio nombre, que se ha convertido en su máximo referente y en el centro de toda su actividad.
Acorde al carácter innovador y al desarrollo continuo que caracterizan a Martín, desde el restaurante se estaba pensando en crear una nueva sala, realizando la cubrición de un espacio de terraza anexo a la sala existente. La actuación estaría fuertemente condicionada porque su ejecución tenía que llevarse a cabo estrictamente durante los tres meses de cierre del restaurante: desde el 17 de diciembre de 2018 hasta el 13 de marzo de 2019.
Como detonantes encontramos la luz natural y las vistas al entorno natural de Lasarte-Oria, motivos suficientes como para argumentar un concepto potente de proyecto que, además, se complejizó al asimilar la propia delimitación de la parcela en forma de abanico como base geométrica de la intervención.
A pesar del limitado tiempo para el desarrollo y la ejecución del proyecto, iniciamos un rápido proceso para la presentación de una propuesta que recibieron con entusiasmo e ilusión. Sin embargo, aunque la idea era atractiva e innovadora, no teníamos claro si su viabilidad técnica y su desarrollo en plazo eran factibles.
La idea consistía en realizar una cubierta a partir de un entramado de vigas de madera de un metro de canto formando un emparrillado que alcanzaba una altura diferente en cada punto, por lo tanto, todas las vigas poseían una doble curvatura en torno a los ejes vertical y horizontal. El proyecto, que se había planteado inicialmente como una pérgola, se convirtió en algo mucho más complicado.

El Desarrollo

El periodo, que se iniciaba con la aprobación del proyecto por parte de la propiedad, iba a convertirse en un proceso complejo en el que además del propio desarrollo del proyecto, debíamos de encontrar una empresa que quisiera y se comprometiera a asumir el reto de la ejecución del proyecto con todos sus condicionantes.
Tras varias reuniones con diferentes empresas no conseguimos que ninguna de ellas aceptara el encargo tanto por la complejidad técnica como por la premura del plazo. Con este panorama incierto, a finales del mes de octubre entramos en contacto con una compañía italiana que, en principio, se comprometía a llevarlo a cabo, con diferentes observaciones que tendríamos que ir resolviendo, pero en la línea establecida desde el inicio.
Ya estábamos en noviembre, a solo un mes del cierre del restaurante, cuando comenzamos oficialmente la colaboración con la empresa italiana para la construcción de la estructura de madera. A su vez, el resto de los elementos arquitectónicos que completaban la actuación, seguían los complejos parámetros geométricos que marcaba la naturaleza de la cubierta. Todo debía de ser curvo.
De esta manera, el cerramiento vertical de vidrio que envolvía toda la sala, parte abatible y parte fija, sería curvado. Al igual que las piezas de mobiliario y carpintería e incluso el despiece del pavimento, que conformaba una especie de puzle reflejo de la estructura de la cubierta en el suelo.
La limitación en el plazo de ejecución in situ obligaba a que todos los elementos deberían prefabricarse simultáneamente, con las medidas establecidas en el proyecto sin margen de error, para que cuando llegara el momento se instalaran con la mayor brevedad y evitando las posibles contingencias que conlleva la obra in situ.

El Montaje

La obra comenzaría justamente el día después del cierre del restaurante con los trabajos de obra civil, instalaciones y adecuación del emplazamiento para el momento en que llegara la estructura y, a partir de ahí, todos los demás elementos prefabricados.
Sin embargo, cuando todo parecía ir bien, llegaron malas noticias desde Italia. La fábrica que les suministraba las vigas curvadas les había fallado y su nuevo proveedor, en Suiza, garantizaba la entrega del material un mes después de lo previsto.
Si la planificación inicial no contaba prácticamente con margen de error, ahora estábamos abocados al fracaso.
Tras multitud de conversaciones y propuestas, decidimos ir directamente a la fábrica en Orges, Suiza, para ver cuál era la situación real y qué podíamos hacer para agilizarla. Finalmente, ejerciendo la máxima presión que estaba en nuestra mano, comprimimos los plazos de entrega y construcción y minimizamos el retraso, estableciendo que, para el día 10 de marzo, todo lo relacionado con la estructura y el cerramiento exterior debería quedar finalizado y, simplemente, convivir con el restaurante en funcionamiento durante una semana terminando los trabajos en el interior.
El montaje se realizó conforme a lo acortado en un tiempo realmente comprimido. Desde el 25 de febrero al 10 de marzo convivieron la instalación de la estructura y la fachada, encajando todo conforme a lo previsto en el proyecto.
A partir de ahí, empleamos dos semanas para la finalización de los trabajos interiores, en su mayor parte carpintería previamente fabricada en taller que únicamente debería ser instalada.

El Resultado

El complejo proceso de prefabricación, organización y montaje tiene como resultado un espacio caracterizado por su particular geometría enfatizada por todos los elementos arquitectónicos que lo componen. Un espacio completamente diáfano en el que interior y exterior se fusionan gracias a la permeabilidad de su envolvente fachada.
La cubierta realizada en madera laminada de abeto está compuesta por una estructura de vigas de un metro de canto que conforman un entramado en el que cada punto se ubica a una altura diferente. La disposición de la viga define una silueta a modo de abanico, compuesta por vigas principales longitudinales y otras transversales en forma de radios que completan el emparrillado. La variación del nivel de cubierta hace que cada una de las vigas experimente una doble curvatura en torno a los ejes vertical y horizontal.
La cubierta se apoya en tres puntos en cada uno de sus extremos dando lugar a una superficie sin ningún tipo de elemento bajo ella. En la parte trasera, el apoyo lo genera un volumen cilíndrico donde se alojan las instalaciones que acondicionan el espacio. Frontalmente, en dos pilares; todo ello realizado en madera.
El paquete de cubierta se completa con un suelo superior formado por losetas flotantes de tarima de pie y el interior, con un falso techo de lamas curvadas de roble. Todo ello, respondiendo a la figurosa geometría que define el emparrillado de vigas de madera.
El cerramiento vertical que envuelve el contorno del volumen está compuesto en sus laterales por vidrios curvados recocidos de 3 centímetros de espesor y el frontal, por un cerramiento abatible realizado con de acero inoxidable lo que permite la integración y conexión del interior y el exterior.
En el espacio que se genera entre la nueva intervención y el edificio existente, se ubica la postcocina, un espacio asignado al almacenamiento de los utensilios y menaje dedicado al servicio. Este espacio independiente, se separa visualmente de la sala por una celosía de lamas abatible, que permiten la entrada de luz a la vez que lo privatizan del comensal. En su interior, todo el mobiliario destinado al servicio está diseñado y realizado en madera lacada con algunas piezas de roble, al igual que el cerramiento de lamas.
El riguroso orden geométrico del proyecto permite que la intervención funcione como un puzle en el que todos los elementos tienen su lugar y quedan integrados en la funcionalidad y estética del conjunto. Esta pauta geométrica junto con la materialidad natural del conjunto, dan lugar a un ambiente singular, luminoso y acogedor en el que la estrecha relación entre el interior y el exterior, integra al usuario en el atractivo entorno natural que rodea al restaurante.

CRÉDITOS

Diseño y Arquitectura: mecanismo (Marta Urtasun + Pedro Rica)
Localización: Lasarte-Oria, Gipuzkoa.
Año: 2019
Constructora-obra civil: Orizki
Instalaciones: Orizki
Estructura y cerramiento de madera: Woodbeton
Cerramiento y carpintería de vidrio: Talleres Serman
Carpintería de madera: Construmad
Suministro de iluminación y control: Viabizzuno
Carpintería metálica: Jansen. Modelo Economy 50
Vidriería: Cricursa
Estructura de madera: Woodbeton
Lámparas e iluminación: Viabizzuno
Suelo: Nadisdesign
Carpintería metálica: Acero inoxidable
Vidrios: Vidrio curvado recocido
Estructura: Abeto laminado
Carpintería interior: dm lacado y dm rechapado roble
Suelo: Porcelánico
Fotógrafía: Imagen Subliminal (Miguel de Guzmán + Rocío Romero)

 

Arquitectos: mecanismo


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Calle Serrano 26,
28001 Madrid, SPAIN

mecanismo es el resultado de la combinación del interés por los materiales y el cuidado por la ejecución, con la obsesión por la investigación y la innovación de nuevos conceptos.

Es un estudio de arquitectura establecido en Madrid, creado por Marta Urtasun y Pedro Rica, dos arquitectos jóvenes con una visión dinámica y diferente de la arquitectura y sus procesos, que en poco tiempo han conseguido definir una marca y estilo propio, asociado a la minuciosidad del detalle y la innovación conceptual. Hoy, integrado por un nutrido equipo de jóvenes profesionales especializados en el diseño, desarrollo y ejecución de proyectos, sistemas y productos arquitectónicos, mecanismo enfoca su actividad la edificación y el diseño singular.
La labor de mecanismo en el desarrollo de los proyectos comprende el control del proceso completo, desde la conceptualización inicial hasta el diseño del último detalle; pasando por las diferentes fases del proyecto. Esta labor, conlleva una precisa coordinación de todos los implicados que intervienen en cada etapa y un control minucioso de la ejecución, siendo la consecuencia un resultado arquitectónico coherente, armónico y funcional.

Con ideas innovadoras, el cuidado por el detalle formal y material junto a una actitud inconformista y arriesgada, mecanismo aspira proyectar una arquitectura de calidad integrada en el contexto actual.

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